sábado, 19 de diciembre de 2009

Tres cuadros de Edgar Ende


Así es como se llamaba el padre del autor del maravilloso libro "La historia interminable", y curiosamente fue un destacado pintor surrealista. He estado mirando por curiosidad algunos de sus cuadros, y me gustan mucho, son misteriosos, oníricos, enigmáticos, inquietantes, en ocasiones demasiado tenebrosos quizá, sobre todo en su última época, pero en cualquier caso despiertan mi imaginación, que es lo único que yo le pido a un pintor, que me cuente una historia con sus lienzos.

Cuando contemplo una obra surrealista, me gusta, antes de conocer la posible interpretación "oficial" del cuadro -si es que la tiene- dejar volar la imaginación e inventar la historia que a mí me sugiere. Y esto es lo que voy a intentar hacer con tres obras de las muchas que tiene Edgar Ende y que podeis ver aquí... La primera simplemente son las preguntas que me hago al ver el cuadro, las otras dos son sobre dos obras muy parecidas, y que he pensado que podría enlazarlas mediante un relato.

Der gefesselte Sturm, 1965

¿Qué misterioso lugar es éste? Puedo ver una fila de cipreses, como en los cementerios. Y atado a una especie de gruesa columna, aparece un rostro rojo llorando amargamente... ¿es el Sol? ¿Quién le ha obligado a lucir delante de los cipreses? ¿Y por qué aparece un ciprés en el suelo? ¿Está llorando el Sol por el ciprés muerto, o llora por la tortura a la que le someten? Lo que me parece más inquietante del cuadro no son las lágrimas del Sol, las cuerdas que estiran terriblemente su piel deformando su rostro, o la soledad de los cipreses, ni siquiera el ciprés que yace muerto... sino que lo que verdaderamente me sobrecoge son las sillas... Misteriosas sillas de jardín desperdigadas aquí y allá... ¿qué clase de persona puede sentarse a contemplar tranquilamente una tortura como si de un espectáculo se tratara? Porque no son tronos de déspotas emperadores, ni son los asientos de un injusto tribunal, sino que son sillas de jardín... las mismas que usamos para pasar la tarde tranquilamente.

¿Por qué iba alguien a fijarse detenidamente en un rostro gigantesco llorando? ¿Está llorando realmente, o a lo mejor tan sólo sueña con algún recuerdo doloroso? ¿Los cipreses están de verdad ahí o son metáforas de algo? Se me ocurre que el cuadro en sí podría representar un día de tormenta... El Sol llora por no poder lucir como suele hacerlo, y se siente obligado a permanecer en segundo plano sin poder hacer nada, tapado por una fila de cipreses, que parece que caminen y que a lo mejor representan las alargadas formas de las nubes que cubren el sol un día de tormenta... una tras otra, van tapando al sol, como en procesión, el mismo tipo de procesión que se produce en un entierro: todos caminando detrás del muerto en fila... pero entonces, ¿qué quieren decir las sillas? ¿Abandonadas por personas que corrieron a guarecerse de la lluvia? Eso podría explicar el título del cuadro, que creo que significa "La tormenta atada". Pero no es la tormenta la que está atada, sino el Sol.. O igual puede traducirse por "el tormento"... No lo sé... ¡qué misterioso!

Zwiegespräch, 1933


-Buena señora, por favor, ¿no tendría vos para mí una limosna? Cansado me hallo de recorrer este mundo...
-Oh, ¡no! ¡Aléjese de aquí! Yo no tengo nada para usted...

-Disculpe, hermosa dama. Mi última intención fue acaso perturbar su calma y quietud. Mas, ¿podría usted por favor responderme a una pregunta? Desde que la vi a lo lejos, allí en ese muro, encarcelada con los que presupongo son sus cuatro vástagos, me pregunté cuáles serían las causas que pueden llevar a alguien a encontrarse en esa situación...
-¡De acuerdo! Una limosna pedía usted y aquí la tiene... ¡contarle mi historia, relatarle por qué me hallo así, será mi regalo hacia usted! Verá... Efectivamente, éstos son mis tres hijos y mi hija... Nacidos son de mis entrañas, y como tales, parte de mi ser y de mi alma son... Amor es lo que siento hacia ellos, y si alguno de ellos me faltara, parte de mi vida se iría para siempre con él.... Es por eso que yo como madre protectora, no voy a permitir que ningún mal cause dolor a mis hijos, y ésa y no otra es la razón por la que los protejo del mundo con una barrera infranqueable, que nada ni nadie puede destruir. Así me aseguro que mis hijos no conocerán el sufrimiento y que, al mismo tiempo, no podrán separarse de mí, alimentándome con su cariño y ternura...
-Oh, ¡loable es su intención, protectora dama! Mas, permítame seguir conversando con usted. ¿No cree acaso que, si bien así consigue su objetivo, al mismo tiempo está procurando, sin quererlo, que su descendencia no conozca otro mundo mas que el de la jaula o prisión en la que viven? Cierto es que evitan así la oscuridad del mundo, pero ¿no tendrán una visión sesgada de la realidad en ese caso? Seguro estoy que, inteligente como es usted, sabrá que el mundo se compone de luz y tinieblas, y que una de la otra se alimentan inexorablemente... Nadie puede huir del dolor indefinidamente, eso sería no conocer la vida en su profundidad. Pues es precisamente la tristeza la que nos hace amar más intensamente la felicidad.

-Puedo entender su actitud, pero en algo se equivoca: que mis hijos estén junto a mí de esta forma no es una decisión mía. Nunca he sabido quién construyó este muro alrededor nuestro. Yo misma no fui... aunque quizá mi memoria falle y sí que fui la creadora de esta barrera y ahora no quiera admitirlo, o lo hice de manera involuntaria... Una tarde paseando con mis hijos por aquí, agotados de tanto correr y jugar, decidimos descansar apoyados en este muro. La tranquilidad de tener a los cuatro a mi alrededor, seguros, protegidos, me relajó y acabé dormida, deseando intensamente que esta seguridad jamás desapareciera. Yo sólo sé que al despertar, el muro ya estaba ahí... Pero he de explicarle algo: Lo que usted ve como una condena hacia mis hijos, yo lo interpreto como una bendición. ¿A quién no le gusta estar rodeado de amor? Además, así puedo protegerles de todas las bestias que pueblan el mundo........... como ese león que, por cierto, a sus espaldas yace... ¿o es que se piensa que no lo he visto? Por eso contesté quizá algo exaltada al principio... No le tengo miedo, sé que aquí estamos seguros, pero no deja de inquietarme que trate de ocultarlo detrás suyo...

-¡Oh, no! Lamento decirle que está usted equivocada. Este león que acostado está detrás mío, efectivamente me acompaña a todas partes, pero no pretendo atacarla. Viajero soy y recorrido he centenares de tierras y reinos diferentes y salvajes. Al contrario que sus hijos, mis ojos han visto demasiado mundo, y he de admitir que demasiada es la negrura que puebla este universo y que ahora forma parte de mí... Es por eso que, si bien usted opta por defender a sus hijos mediante un muro, yo elegí tiempo ha caminar por esta vida con un león que atacara a todo aquel que me provocase temor. En ocasiones me ha traído problemas, pues su fuerza y coraje despiertan en el menos oportuno de los momentos, y eso me hace excesivamente desconfiado ante la vida, pero no conozco otro modo de pisar este planeta que no sea atacando con fuerza toda posible amenaza incluso antes de que se convierta en real peligro.

-¡Oh, qué casualidad! Fíjese usted que tanto vos como yo actuamos en cierto modo de manera opuesta ante la vida: yo me protejo, usted ataca. Yo no me muevo jamás, usted no tiene hogar y viaja aunque no quiera. Mi poder es una férrea defensa, el suyo un fiero ataque. Y usted, permítame decirlo, conoce la soledad; mientras que yo rodeada siempre estaré de cierto modo de cariño y armonía a la que nada perturba ni altera...

-¡En verdad parecidos somos, pues! Es por eso que no ha de preocuparse, atacarla a usted sería como atacarme a mí mismo en cierto modo. Así que ahora, dulce dama, permítame despedirme de vos. En otra ocasión futura seguro estoy que gozaremos de un nuevo y enriquecedor diálogo que a ambos nos agradará...

-Vaya usted con Dios... Parta hacia caminos donde la ventura espero le sonría... ¡Adiós!

-Adiós... y gracias...

Die Begegnung, 1933


Mucho tiempo después...

-¡Buenas tardes!

-¡Buenas tardes, caballero que recorre este camino envuelto en una túnica blanca! ¿Desea algo?

-Oh, ¿acaso no me recordais?

-Francamente no, ¿debería acaso? Pocos son los aventureros que se detienen ante nosotros para conversar... La mayoría se alejan por nuestro singular aspecto.

-¡Entiendo! Seguramente no me recordais porque fue hace muchos años ya cuando tuve el honroso placer de dialogar con vuestra madre durante unos instantes. En este mismo muro se hallaba, rodeada por sus hijos, a los que impedía acceder al mundo y al mismo tiempo protegía de todos los males.

-¡Nosotros somos esos hijos! Crecido hemos junto a este muro, y de otra manera no sabemos vivir... Nos aterroriza despegarnos de la seguridad de estas paredes estables que ya forman parte de nosotros, o nosotros de ellas, y que el tiempo no altera. Además, muy cómodos nos encontramos viviendo así, la verdad.  Mas, dígame, ¿qué recuerda de nuestra madre? Feliz me hallaré si nos recordara cómo era....

-Era una mujer bella y firme en sus decisiones. De agradable verbo y recta determinación. Más algo no entiendo bien... Si mi memoria no me falla, que bien pudiera ser debido a mi avanzada edad, cuatro y no tres eran los pequeños que a su alrededor siempre rondaban... ¿Dónde se halla vuestro hermano?

-Oh, ¡tristes recuerdos despiertan en mí sus palabras! Nuestro hermano falleció amargamente... ansiaba escapar del muro, días enteros pasaba mirando a los cielos y al horizonte, preguntándose en silencio cómo era el mundo más allá de estas paredes... jamás expresó a nuestra querida madre sus inquietudes por temor a su reacción, aunque sí nos comentaba a nosotros, en alguna ocasión, bajo alguna perdida noche estrellada, cuáles eran sus anhelos mientras nuestra madre dormía... Una mañana encontramos su cuerpo carente de vida, muerto por la peor y más temible de las enfermedades: la pena... Nuestro hermano consiguió por fin una manera de viajar, la única posible en su situación: abandonando la vida... Y tras él se fue, rota de dolor, nuestra amada madre... Incapaz de soportar la pérdida, poco a poco su cuerpo fue perdiendo todo rescoldo de alegría y terminó sus días tristemente, entendiéndose fracasada y vacía en su misión de protegernos a todos... dejándonos a nosotros a nuestra suerte, muy a su pesar...

-¡Afligido en demasía me hallo al escuchar semejantes noticias! ¡Jamás pensé que justamente la intención de vuestra madre acabara desembocando precisamente en aquello que esperaba con todas sus fuerzas que no ocurriera! Doble fue, pues, su error: perder a un hijo y abandonar a los otros tres... Aunque yo ya le advertí en aquella ocasión que aquel muro quizá no era lo más conveniente para sus hijos...

-Ella nos habló en muchas ocasiones de usted y de la amigable charla que mantuvieron... Nos dijo que en el fondo ambos eran muy parecidos... Le recordaba alegremente, aunque también nos habló de un fiero león que le acompañaba en sus viajes y que a su lado ahora no vemos...

-Sí que está a mi lado... pero no lo pueden ver... Los ataques de mi león hacia el mundo, y por tanto los míos, se volvieron tan fuertes que no distinguían entre las víctimas... al final eran tan frecuentes e incontrolables que el león mutó su forma y acabó convirtiéndose en algo más cercano a mí, esta sábana que mi cuerpo cubre, esta inútil suerte de armadura blanca que ya no puedo distinguir de mi otrora hermosa piel... Gracias a ella he podido seguir viajando por el mundo a salvo de todo peligro... sin saber que de verdad el peligro está en su interior...
-Lamento decepcionaros, honroso viajero... Pero si algo hemos aprendido mis hermanos y yo desde nuestra rígida posición es a analizar infinitamente todo lo que a nuestro lado mora... y siento comunicarle, que, pese a que esté orgulloso de sus andanzas por el mundo, de nada le han servido si no es capaz de contemplar a su alrededor... ¿Ve aquel árbol detrás suyo? Frondosas eran sus ramas cuando nosotros éramos niños, quizá lo recuerde... y raquíticas se han vuelto con el paso del tiempo... pareciera que el árbol ha envejecido, pero no es así, es precisamente al contrario... Sus desorientados sentidos ya no le permiten darse cuenta que ese árbol retrocede en el tiempo y terminará sus días como una diminuta semilla... Es por eso que le informo que su manera de viajar por el mundo, atacando inexorablemente todo lo que se interponga en su camino, de nada le ha servido si no es capaz de entender ni siquiera lo que le rodea... En el punto de partida se encuentra, lamento comunicarle.
-¿Quiere usted decir que ese árbol en lugar de envejecer rejuvenece? ¡Oh! ¡Eso es imposible! En mi vida he visto algo así...
-Lo sé, pero seguro me hallo de mis afirmaciones... Y para ello me han ayudado mis dos hermanos aquí presentes... Mi hermana, extasiada en el equilibrio perfecto que produce la quietud y la extrema soledad, sujeta un instrumento sin moverlo desde hace años... Enmudeció voluntariamente, se convirtió en una hermosa estatua, aislada del mundo... temo por ella, nadie puede distinguir ya si está viva o no... y mi hermano, con el pergamino de la Ley entre sus dedos, la Ley que nunca cambia y al mismo tiempo siempre es distinta: el Tiempo, el verdadero Juez de la vida... Y míreme a mí, ¡dispuesto a apedrear a todo el que se acerque con ávidas intenciones! Si de algo podemos estar seguros los tres hermanos juntos y combinados: la Soledad, el Tiempo y el Orgullo, es del ínfimo fragmento de universo que aquí nos rodea...
-¡Qué tristeza embarga ahora, en este momento, mi alma, tras escuchar sus palabras! ¡Ni vuestra extrema defensa ni mis fieros ataques deambulando por el mundo, ni la carencia de libertad ni el libre y caótico albedrío permiten a las personas realmente encontrarse a gusto consigo mismas! ¿Cuál será pues el camino a seguir?


Curiosidades sobre la baraja española


Una de las cosas que siempre me ha parecido muy curiosa es la simbología de los naipes de la baraja española. ¿Por qué un rey, un caballo y la sota? ¿Por qué oros, copas, espadas y bastos? ¿Cómo ha ido evolucionando la baraja española?


Respecto a la figura del rey, casi siempre se le suele representar como un hombre mayor y con barba, de pie y con corona, aunque en algunas barajas los reyes de oros y copas parecen más jóvenes, y además el rey de copas suele llevar un cetro.  En cuanto al caballo, suele representarse casi siempre en posición de defensa, con las patas delanteras levantadas. Curioseando por Internet, he descubierto que existen algunas barajas, muy pocas (y por ello muy valiosas) en las que el caballero aparece junto al caballo sujetando su brida, y no encima de él. Generalmente los caballos de oros y copas miran a la izquierda y los de espadas y bastos a la derecha. La sota suele aparecer siempre de pie y simboliza un mensajero o un lacayo. Ésta es la figura que más ha variado con el tiempo en su aspecto.

Un pequeño detalle en el que yo nunca me había fijado es el de las pintas, que son las discontinuidades que aparecen en los bordes de los rectángulos de las cartas. Como puede verse en la figura, los oros no tienen pintas, las copas una, las espadas dos y los bastos tres. Esto es así para que no haga falta ver toda la carta entera ni desplegarlas en abanico para saber a qué palo pertenecen: simplemente mirando el borde superior puede saberse su palo, dificultando así que los demás jugadores necesiten contemplar la carta completa para saber cuál es. De ahí viene la expresión "fijarse en la pinta de alguien".


Además, que cada palo tenga más o menos pintas establece una jerarquía entre los palos: oros, copas, espadas y bastos. Algunas interpretaciones realizan una asociación entre palos y clases sociales: el palo superior, con menos pintas, los oros, sería la monarquía; a continuación vendrían las copas, relacionadas con los cálices de la Iglesia; luego las espadas serían la nobleza y por último los bastos representarían al pueblo llano. Otra curiosa interpretación de los palos los asocia a los cuatro elementos que tenían cerca los jugadores de baraja en las posadas medievales: las monedas para apostar, las copas para beber, y las espadas y palos para resolver las disputas entre ellos.



Para terminar, he descubierto que existe una técnica de adivinación del futuro que sustituye las tradicionales cartas del tarot por la baraja española. Cada carta está metafóricamente asociada con una figura más o menos aleatoria, aunque por lo general el rey representa el estado mental del consultante, el caballo representa los posibles cambios, y la sota (que para adivinar el futuro se le denomina 'dama') indica el sentimiento principal del consultante (sota de bastos: pasión, copas: romanticismo, espadas: pensamiento, y oros: sensatez).

Os dejo con un par de barajas antiguas, aunque la segunda no parece precisamente española, pero es curiosa igualmente. ¡Feliz Navidad!





miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los cuadernos Moleskine


Los cuadernos de notas Moleskine han sido, desde hace mucho, los preferidos por los escritores, periodistas y dibujantes. Existe una gran variedad de modelos, tamaños y colores, todos aptos para desarrollar la creatividad bien con relatos, poemas, dibujos, anotaciones, para pegar pequeñas fotos o recortes, o por qué no, para dejar escapar la mente en forma de garabato o de frases sueltas con muchos tachones, que acabarán desembocando en un maravilloso dibujo o un interesante relato.




Los hay bastante curiosos, como los dedicados a guías de ciudades (serie Moleskine City), como por ejemplo éste dedicado a Tokyo:



O éste otro en rojo, dedicado a la National Gallery de Londres:


Existen webs enteras dedicadas a que los usuarios de los cuadernos Moleskine cuelguen fotos con sus anotaciones o dibujos, como éstas:






















Aquí encontraréis un montón, y aquí hay auténticas maravillas...

Pero, ¿de dónde viene la tradición de los cuadernos Moleskine? Se denomina moleskin al tipo de tela que cube las tapas de los cuadernos, y hoy en día fabricados por la firma italiana Modo&Modo. Entre los famosos que usaron cuadernos Moleskine se encuentran Picasso, Van Gogh, Matisse y Hemingway, y actualmente Neil Gaiman.


Moleskine utilizado por Picasso

Aunque el más famoso de todos los poseedores de un Moleskine fue sin duda Bruce Chatwin, un novelista y escritor de viajes inglés. De hecho, los que Chatwin tuvo fueron fabricados por un conocido suyo de París que murió sin que se conociera el secreto de la fabricación de sus cuadernos, aunque los Moleskine actuales fueron creados gracias a las indicaciones que más tarde daría el propio Chatwin.



Bruce Chatwin, escritor inglés (1940-1989)

Chatwin tuvo una vida muy intensa. Trabajó para la famosa casa de subastas Sotheby's, llegando a ser director de la compañía y todo un experto en arte impresionista. Se dice que llegó incluso a tener problemas en la vista por la manera tan minuciosa que tenía de examinar los cuadros y, de hecho, fue tras volver de un viaje lejano (a Sudán, concretamente) recomendado por su oftalmólogo para descansar el esfuerzo al que sometía su vista, cuando quedó desencantado del arte y decidió dedicarse a la arqueología, abandonando Sotheby's definitivamente en 1966. Aparte de Sudán, viajó al estado africano de Benín, Australia, Gales, visitó Praga, la Patagonia... Sus obras son catalogadas como cuadernos de viaje donde queda totalmente desdibujada la frontera entre lo que es realidad y lo que es ficción, y tratan temas muy curiosos, desde el comercio de esclavos, los mitos de los aborígenes, la vida de dos hermanos gemelos que vivían aislados del progreso del siglo XX, o la historia de un hombre obsesionado con coleccionar porcelana. Tras morir de SIDA en 1980, las cenizas de Chatwin fueron esparcidas junto a una capilla bizantina en el Peloponeso. Fue un hombre impulsivo, creativo y apasionado, y todo quedó plasmado en sus cuadernos. Es quizá esa misma pequeña ansiedad por tener un soporte duradero en el que permanezcan las ideas o los sentimientos lo que lleva a la gente actualmente a comprar cuadernos Moleskine.

Para terminar, os dejo con dos fotos de mis propios cuadernos Moleskine. Unos los utilizo para prosa, el negro para poesía.




lunes, 16 de noviembre de 2009

Azul Hockney


David Hockney es un pintor inglés. Su apellido ha dado nombre a una tonalidad de colores que recientemente pudieron verse en las pasarelas. Concretamente el azul Hockney es un azul empleado por él en una serie de cuadros que hizo sobre piscinas de Los Ángeles, terrazas de chalets de Beverly Hills y Hollywood durante los años 60 y 70, y donde intentó reflejar la intensidad de las aguas de las piscinas, un azul vibrante y artificial, casi de plástico, en contraste con el azul espontáneo e impuro del mar.



A Large Diver (Paper Pool 27), 1978


A Bigger Splash, 1967



Portrait of an Artist (Pool with Two Figures), 1971


Peter getting Out of Nick's Pool, 1966


Nick Wilder, 1966


Picture of a Hollywood Swimming Pool, 1964

Pese a que no aparece en él piscina alguna, una de las obras más curiosas de Hockney, actualmente en la galería Tate de Londres (siendo uno de los cuadros más contemplados), es el retrato del señor y la señora Clark y el gato Percy. En él aparecen Ossie Clark, diseñador de moda, y su, por aquel entonces esposa, Celia Birtwell, diseñadora textil. Clark y Birtwell formaron una de las parejas más interesantes de la industria de la moda inglesa durante los años 60 y parte de los 70. Diseñaron ropa para los Beatles, Jimmy Hendrix, Twiggy, Marianne Faithful, y la aristocracia inglesa.



La mítica modelo Twiggy luciendo un diseño de Ossie Clark



Algunos diseños de Ossie Clark



Algunos diseños de Celia Birtwell


Foto de Vogue UK de Penelope Tree, una de las modelos favoritas de Clark


Curiosa hoja de costes y detalles de un diseño de Clark



El mismo Clark posando con la modelo Chrissy Shrimpton (novia de Mick Jagger). El conjunto, que mezcla patrones produciendo un curioso efecto visual, es, como no, del propio Clark


Pero echemos un vistazo al cuadro de Hockney:



En el cuadro, la pareja mantiene cierta distancia entre ellos. Ella de pie, él sentado, con un gato blanco en su regazo, que, ajeno al momento, mira al exterior de un balcón en el que se divisan los árboles de un jardín de Notting Hill iluminado por un intenso sol. Junto a él, un teléfono y una lámpara, y junto a ella, un inquietante libro amarillo sin título que rompe completamente con el esquema de colores del cuadro, y también un jarrón con lirios, flor comúnmente asociada a la pureza femenina en los cuadros sobre la Anunciación (de hecho ella estaba embarazada en el momento del retrato). El cuadro que aparece junto a ella es del propio Hockney, su interpretación de "A Rake's Progress" de W. Hogarth.

Él está fumando con una pose aparentemente relajada, distendida, incluso va descalzo sobre la alfombra, pese a que su mirada está tensa y centrada en el espectador, a quien contempla fijamente incluso con cierta desconfianza o recelo. Ella tiene uno de sus brazos apoyado sobre su cadera, su pose resulta quizá menos natural y más forzada, pese a que su expresión facial es más tranquila, incluso se adivina una leve y misteriosa sonrisa, algo cansada o quizá melancólica. Nada en ellos nos hace pensar que sean pareja, más bien al contrario, sólo encontramos diferencias entre ellos, ninguna complicidad (de pie/sentado, pose forzada/pose demasiado cómoda, incluso los objetos despiertan sensaciones encontradas), es una especie de matrimonio anti-Arnolfini, ni siquiera se miran o se tocan, de hecho están en posición opuesta al famoso cuadro. El gato representa la infidelidad y la envidia, contrariamente al perro de los Arnolfini, que representaba la fidelidad.



La enigmática mirada de Ossie Clark

De hecho el matrimonio de los Clark apenas duró cinco años, acabó poco tiempo después de terminar el cuadro, según rumores, debido a la bisexualidad de Clark. El cuadro oculta una trágica historia: después del divorcio, Clark se volvió drogadicto, se enamoró de un artista que pronto murió de SIDA, perdió el rumbo de su vida y su brillante carrera, y se declaró en bancarrota a principios de los 80. Sus diseños románticos y llenos de color ya no interesaban, era el momento del punk y el rock, el momento de Vivienne Westwood. Quince años después consiguió reconducir su vida, hasta que se enamoró perdidamente de un joven italiano, que acabó asesinándole salvajemente un año después.


Celia Birtwell mirando al espectador

La historia de Celia tuvo quizá mejor final, al menos en el terreno laboral: después del divorcio, emprendió su carrera en solitario con notable éxito. Diseñó la colección de primavera/verano 2006 para la famosa cadena inglesa Topshop, y todas las prendas se vendieron de manera espectacular a los pocos minutos de abrir las tiendas.


Colección de Britwell para Topshop

Como curiosidad, el gato que aparece representado en el cuadro de Hockney no se llamaba Percy, era una gata llamada Blanche, pero Hockney pensó que el título quedaría mejor con el nombre Percy en él.

En cuanto a la repercusión del azul Hockney en pasarela (ahora quizá destronado por el azul Klein, en relación a Yves Klein, pintor dadaísta), quizá el ejemplo más representativo y cercano sea el de la colección de Antonio Miró mostrada en Gaudí en 2005, donde la mayoría de modelos desfilaron con unas gafas muy parecidas a las gafas de bucear, y la pasarela simulaba ser el borde de una de esas piscinas americanas que tanto encandilaron al pintor.





Colección de Antonio Miró para Gaudí

Las prendas de Miró recogen muy bien el espíritu de Hockney, porque, ¿quién puede presumir de que su apellido da nombre a un color?

La actividad de Hockney no se centra únicamente en la pintura. También es grabador, escenógrafo, fotógrafo, diseñador… Algunas de sus obras reflejan cierto contenido homoerótico, la mayoría de los casos encubiertas por un sutil y misterioso velo sensual.

Actualmente, con más de 70 años de edad, David Hockney colabora con la revista política Standspoint.


El olivo de mis sueños




La mujer que aparece en la foto se llamaba Sanmao (1943-1991). Su verdadero nombre era Chen Ping, pero solía firmar sus novelas con el seudónimo Sanmao. Fue una importante escritora china que tuvo una relación muy intensa con España.

Desde pequeña ya destacó, incluso en una ocasión le comentó a sus profesores siendo una niña que a ella de mayor le gustaría dedicarse a recoger basura, que eso la haría feliz. También afirmó querer casarse con algún artista, como por ejemplo Picasso. Además, de niña leyó en secreto "El sueño de la Cámara Roja", un clásico de la literatura china tradicional, en clase, cuando los profesores escribían en la pizarra.

Durante la adolescencia, un profesor de matemáticas (asignatura que se le daba especialmente mal) decidió ridiculizarla un buen día, dibujando dos círculos negros alrededor de sus ojos y obligándola a caminar así por todo el recinto escolar. Debido a esto, decidió dejar de ir a clase, refugiarse más aún en la literatura y volverse una chica tímida e introvertida. Durante ese tiempo, se dedicó a leer, pintar, estudiar inglés y aprender a tocar el piano, ayudada por sus padres, que eran cristianos como ella.



Se trasladó con su familia a Taiwán, y después de estudiar Filosofía allí, dedicidió viajar sola a España, más tarde a Alemania (donde, en ocasiones, llegó a estudiar alemán más de 16 horas al día, hasta el punto que en 9 meses era ella la que daba clases de alemán) y después a Estados Unidos, para terminar de nuevo en Taiwán, donde ejerció de profesora de alemán hasta que su marido, también profesor de alemán, murió de un ataque al corazón.

Buscando quizá un poco de sí misma en el pasado, decidió de nuevo volver a España. Allí se casó con Jose María Quero y Ruiz, que aparece junto a ella en la primera foto, y con quien vivió ente Gran Canaria y el desierto del Sáhara, lugar que le apasionó y le inspiró para escribir su novela más famosa "Cuentos del Sáhara", en gran parte autobiográfica, y que no ha sido traducida al español, pese a gozar de un éxito enorme en China. Probablemente, la época que compartió con Jose María fue la más feliz de su vida.






El seudónimo de Sanmao, usado durante esta intensa época de escritora, significa literalmente 'Tres Pelos', y hace alusión a un personaje popular taiwanés de cómic llamado así por tener tres mechones, que vagaba por el mundo buscando un hogar y superando todas las dificultades, y con el que Chen Ping se sentía identificada desde niña.



Realmente, el romance entre Jose María y Sanmao empezó mucho antes, en su primer viaje a España, donde él se enamoró de ella, pero ella rehusó corresponderle debido a la diferencia de edad entre ambos. Cuando volvió a España y casualmente se encontraron en Madrid, él la llevó a su casa, donde ella descubrió que él había guardado todas sus fotos durante sus seis largos años de ausencia.



Desgraciadamente, en 1979, su marido se ahogó mientras practicaba submarinismo. Sanmao volvió afligida a Taiwán, donde trabajó como profesora en la Universidad, con notable éxito (sus clases siempre estaban llenas), y también dedicó gran parte de su tiempo a escribir el guión de la película "Red Dust", una historia de amor que transcurre durante la ocupación japonesa de Shanghai. Aquí puede verse un fragmento de 20 minutos de la película.

Lamentablemente, pese a que la película acaparó muchos premios, no obtuvo el premio del cine chino al guión, hecho que la decepcionó profundamente y donde, al parecer, había depositado muchas esperanzas.

Durante el rodaje de la película, Sanmao viajó por China (a estas alturas de su vida ya había viajado por más de 50 países), donde conoció a Wang Luobin, un famoso compositor que incluso llegó a escribirle una canción a ella. Tras no obtener el premio, Sanmao intentó volver a visitar a Luobin, pero él parecía estar ocupado trabajando siempre que ella quería verle. A su vuelta, ella padecía una extraña fiebre.

Enferma, acudió a un hospital, donde se sabe que le hicieron pruebas para detectar si tenía cáncer. Todas dieron negativo. Aún así, una noche pidió a una enfermera una pastilla para dormir y que no la molestaran durante la noche. A la mañana siguiente, la encontraron ahorcada con unas medias de seda.

Tras esta reseña de una muy interesante vida, os dejo con "El olivo de mis sueños", un poema que Sanmao escribió, dedicado a España y especialmente a su gran amor Jose (al que ella llamaba Hexi, Jose en chino):

No me preguntes de donde vengo,
mi origen es muy lejano.
¿Por qué vagabundear tan lejos?

Por los pájaros que vuelan,
por el arroyo que fluye en el valle,
por las vastas praderas,
pero sobre todo, sobre todo,
por el olivo de mis sueños.

Y como curiosidad, aquí dejo un relato ficticio de un supuesto fan chino de Sanmao que viaja a España a investigar sobre la muerte de José María Quero.